El retorno a la democracia en Argentina ha sido un viaje tumultuoso, marcado por transiciones políticas, crisis económicas y desafíos en materia de derechos humanos. La era post-Proceso, bajo la presidencia de Raúl Alfonsín, vio promesas de justicia por las violaciones de derechos humanos, culminando en el Juicio a las Juntas que condenó a los líderes del golpe de Estado. Sin embargo, la presión militar llevó a la promulgación de las leyes de “Punto Final” y “Obediencia Debida”, que detuvieron futuras persecuciones judiciales.

Tras un período de declive económico e hiperinflación, Carlos Menem, peronista, asumió el cargo en 1989. Menem implementó políticas neoliberales que estabilizaron temporalmente la economía, pero también indultó a los oficiales condenados durante el mandato de Alfonsín, lo que generó controversia.

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La enmienda constitucional de 1994 permitió que Menem fuera reelegido para un segundo mandato, pero los problemas económicos resurgieron y en 1999 el poder pasó a manos de la Unión Cívica Radical (UCR) bajo Fernando de la Rúa.

De la Rúa mantuvo el plan económico de Menem a pesar de la empeorada crisis, lo que generó descontento social y una masiva fuga de capitales. Los disturbios de diciembre de 2001 llevaron a la renuncia de De la Rúa y Eduardo Duhalde asumió la presidencia, implementando cambios económicos significativos que afectaron los ahorros de muchos ciudadanos.

En medio de la agitación política, Néstor Kirchner asumió el cargo en 2003, adoptando un enfoque económico neo-keynesiano para superar la crisis y reestructurar la deuda en default de Argentina. Kirchner también se enfocó en temas de derechos humanos, anulando leyes controversiales y reanudando la persecución judicial de los crímenes de la Junta.

La presidencia de Kirchner preparó el terreno para el ascenso de su esposa, Cristina Fernández de Kirchner, quien fue elegida en 2007 y reelegida en 2011. Su administración estableció nuevos lazos diplomáticos con países como Venezuela, Irán y Cuba, lo que llevó a tensiones con Estados Unidos y el Reino Unido. La economía argentina experimentó un crecimiento hasta 2011, pero luego enfrentó desafíos.

En 2015, Mauricio Macri, partidario de medidas de austeridad neoliberales, ganó las elecciones presidenciales. Su mandato enfrentó diversos desafíos económicos, incluyendo inflación, disminución del PIB y aumento de la pobreza.

Sin embargo, perdió la reelección en 2019 a favor de Alberto Fernández, quien asumió el cargo en diciembre de 2019, justo antes del inicio de la pandemia de COVID-19, lo que generó más dificultades económicas para la nación.

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En las elecciones legislativas de medio término de 2021, la coalición gobernante perdió su mayoría en el Congreso, lo que llevó a dos años finales más complicados para el presidente Alberto Fernández. En abril de 2023, el presidente Fernández anunció que no buscaría la reelección en las próximas elecciones presidenciales, marcando otro punto de inflexión en el panorama político de Argentina.

El camino de Argentina de vuelta a la democracia ha sido complejo y desafiante, lleno de altibajos económicos, cambios en las ideologías políticas y esfuerzos para abordar las violaciones pasadas de los derechos humanos. Mientras la nación mira hacia el futuro, continúa luchando con problemas nacionales y globales, esforzándose por alcanzar la estabilidad, la prosperidad y una gobernanza democrática duradera.

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